(Gracias por dejarnos este delicioso legado)
La receta que hallamos con más historia para nosotros es una muy sencilla, pero de la que tenemos mucho para contar:
Con mi hijo compartimos muchas cosas, una de ellas es nuestro gusto por las croquetas de arroz. Este gusto nace por culpa de nuestras abuelas y tenemos que ir a nuestro cuarto apellido para encontrarlas…
Mi abuela, Rubí Ciarán, hacía las mejores croquetas del mundo, aunque estéticamente no eran nada atractivas, ni parejas, es más, yo le cuento a mi hijo que parecían marcadas por las garras de un cóndor, ¡pero eran una delicia! En cambio mi madre, Rubí de Freitas, la abuela de mi hijo, las hacía muy ricas y perfectas, parecían hechas por una máquina, todas iguales.
La otra abuela de Tiziano, Olga Dourado, generó en Tizi ese gusto por esta comida, es que realmente le salen exquisitas, la diferencia entre las croquetas de mi abuela y las de ahora es que ya no utilizamos huevo y las hacemos cien por ciento veganas.
De mi abuela y mi madre aprendí a elaborarlas, y sabiendo el gusto que nos da comerlas, es una receta que le enseñé a mi pequeño.
Ahora las hacemos juntos y nos gusta servirlas con limón, que le dan un sabor muy particular.
Según Tiziano: “Las croquetas de la abuela Olga son muy ricas pero con una forma rara. Las de mi papá también son muy ricas, más con limón, pero son todas iguales y si las cortas no se desarman”
Es como si mi historia vinculada a las croquetas se hubiese repetido con Tiziano, y, quizás con el tiempo pueda preparárselas a mis nietos y luego Tiziano a los suyos, agrandando esta historia que comenzó con mi abu, esa hija de inmigrantes vascos que hacía las mejores croquetas del mundo.
Ingredientes:
Arroz, Perejil, Huevo vegano (Vegan Easy Egg, una mezcla con base de harina de garbanzos y harina de maíz) o simplemente harina de garbanzos, Pan rallado, Aceite (para fritar). Acompañamiento: Tomate y albahaca. Opcional: Limón, harina de maíz.
Procedimiento:
Al arroz ya cocido se le agrega perejil picado y un poco de huevo vegano (o harina de garbanzos) para hacer que la mezcla sea más maleable.
Se moldea en forma de cilindro utilizando la curvatura de palma de manos y dedos, se pasa por el pan rallado (al que le podemos agregar un poco de harina de maíz para hacerlo más crocante), se humedece en huevo vegano (o harina de garbanzos con agua) y nuevamente se pasa por pan rallado manteniendo la forma.
Se frita hasta dorar y se retiran escurriendo bien y dejando reposar en papel absorbente para retirar los excesos de aceite.
Sugerimos acompañar con tomate y albahaca.
Diego Proverbio de Freitas Martirena Ciarán
Tiziano Proverbio González de Freitas Dourado